Ayer viernes por la noche hicimos una cena improvisada en casa de los Bucha-Vanessa. El evento sirivó para degustar el rico secreto ibérico, procedente de Rosal de las Frontera, pueblo de la serranía onubense, limítrife con Portugal y también para catar unas excelentes patatas a lo pobre.
Para terminar la velada estuvimos jugando Bucha, Azu y yo a la nueva versión del Pro Evolution hasta casi las 04:00 de la mañana. Bucha y yo contra Azu. La fémina salió mal parada en todos los partidos menos uno que ganó... Se fue calentita... Mientras, Vane ni corta ni perezosa se fue a la cama con el portatil a ver alguna de sus series favoritas.
