sábado, 26 de abril de 2008

RUMBO A DUBLÍN

Hace poco más de cuatro meses, Aurora y yo, hicimos un pequeño alto en el camino y nos fuimos a Dublín. ¿por qué Dublín? porque era lo más barato (quitando Móstoles, Leganés y Moralzarzal).


Nos habían avisado del frío Dublinense, por lo que fuimos suficientemente preparados para no sufrir lo más mínimo. No obstante, tuvimos una suerte de enanos ya que no sólo no llovió en esceso sino que en alguna ocasión pudimos incluso ver tímidos rayos de sol, algo inaudito en noviembre.

El viaje empezó mal: Raynair nos cobró por las maletas porque les sobraban 1cm para poder meterlas como equipaje de mano. Las plazas no eran numeradas, además entramos los últimos y no quedaban huecos para meter las bolsas de mano, por lo que estábamos nosotros por un lado, el bolso de aurora por otro, las cámaras y demás en la otra punta del avión... además yo llevaba un abrigo y un jersey gordo entre mis piernas y me decían que lo tenía que meter en uno de los compartimentos o ponérmelo, opte por ponérmelo para no tener otra cosa más por ahí desperdigada, imaginaos el calor que pasé.

Llegamos por la noche y el primer impacto no fue muy allá, nadie por la calle, frío, calles que no te dicen nada, etc... Era una especie de Fuenlabrada por la noche, pero con los coches conduciendo al revés. En definitiva, lo único positivo de ese día fue el hotel que era de 3 estrellas pero parecía de 5, al contrario de lo que suele pasar en casi toda Europa. Bueno eso, y esta maravillosa vista del famoso puente Liffey.


DÍA 1:

Día dedicado a hacer una rueda de reconocimiento por toda la ciudad, que aunque no es muy grande tiene muchísimas cosas que ver. No hizo falta demasiado tiempo para darnos cuenta de lo equivocados que estábamos el día anterior. Uno de los principales atractivos es el ambiente, la calle está llena de gente, pero a diferencia de Madrid, la gente se mueve de forma ordenada.
Me sorprendió el ambiente: las calles están llenas de artistas pintando, tocando ritmos celtas, haciendo mimo, hay de todo; hay miles de tiendas curiosas (de osos de peluche, de postales, de maletas..) por no mencionar los famosos todo a 2€; Eso sí, todas, incluso las tiendas de chinos con un guarda de seguridad modelo 4x4. Es curioso que aunque estábamos en noviembre había un ambiente navideño propio del 25 de diciembre.

Visitamos el canal, dimos un paseo por el río Liffey, estuvimos por la zona más moderna de bares donde está el famoso Temple Bar, estuvimos un mercadillo super chulo con carritos que vendían toblerones gigantes (el chocolate muy barato por cierto).


DÍA 2

Dedicado a ver los alrededores, para ello quedamos bien temprano con Robín, una guía que nos proporcionó la oficina de turismo por prensa y nos llevo por el sur de la capital. Primero nos dio una vuelta en coche por las playas que hay a los alrededores;

a continuación nos llevo a Glendalough, un antiguo asentamiento monástico que conservan ruinas en un estado relativamente bueno: una catedral, una torre, un campanario, y todo esto rodeado de miles y miles de tumbas sobre las que se levantan las características cruces Celtas.

Nuestra guía que se movía por allí como pez en el agua nos adentró por el bosque y nos llevo a dos lagos y una cascada que ofrecía unas vistas espectaculares, naturaleza en estado puro. Nunca había visto tantos tipos de verdes en un mismo paisaje.

Seguidamente volvimos a coger el coche para ir a la casa y los jardines de powerscourt, impresionante también. Aquí hubieron dos anécdotas, la primera es que nos llevaron a comer a un sitio donde la comida era bastante pija y Aurora se pidió por equivocación una especie de pastel frío de espinacas que... ¡bueno, me callo! y tuvo que comerselo por no quedar mal con la guía; la segunda que hubo un momento que me perdí por un lugar de dicen estaba habitado por brujas ancianas.
Gracias a eso me tope con este arbol que nosé a vosotros pero a mi me parece que su tronco muestra un rostro...fue algo tan mágico como misterioso.

Luego fuimos al hotel Ritz Carlton a tomar un cafelito y unas pastitas y volvimos a la capital ya de noche. Allí aprovechamos para tomar un Café Irlandés en un pub antes de ir al hotel a darse un bañito como recompensa a un día duro.

DÍA 3
Día dedicado a ver las cosas imprescincibles: El Trinity College (Universidad), El Phoenix Park un parque que su tamaño dobla el famoso central park de EEUU), dos Catedrales impresionantes, El castillo de Dublín, el cual sólo pudimos ver por fuera ya que tenía un horario muy limitado.


Otra de las cosas que no se puede dejar de ver es el Barrio Georgiano, muy famoso por las puertas de la epoca cada una de un color distinto; esta zona me recordó mucho a Londres.

También visitamos el "Museo Guinness" donde te puedes tomar cervecitas recien hecha en una especie de pirulí altísimo lleno de ventanales desde donde se ve toda la ciudad.


Por la noche fuimos de shooping y estuvimos disfrutando del ambientillo navideño. Cuando digo noche me refiero a eso de las 4:30 de la tarde, hora en que fue tomada esta foto:


DÍA 4
Primera vez en mi vida que piso una carcel por dentro ¡y vaya carcel!, es la típica que todos hemos visto alguna vez en las películas, de hecho ha sido escenario de numerosos films americanos desde que dejó de funcionar hace más de medio siglo.


No dió tiempo para mucho más, ya que al medio día salía el avión, que está vez era Iberia. En definitiva, un viaje que ha superado con creces lo que esperabamos de él y una ciudad entrañable a la que volveria con los ojos cerrados.

He publicado un reportaje tanto en digital (El Almanaque) como en papel (El Día) podeís verlo pinchando estos enlaces:
Reportaje de Dublín - El Almanaque.
Reportaje Dublín - El Día de Cuenca

7 comentarios:

Anónimo dijo...

(Soy Azu)

Enhorabuena por el reportaje, me ha encantado. Muy chulas las fotos y la descripción. Se agradecen estos posts. Un beso a los dos.

davibu dijo...

Excelente reportaje como siempre!

Muy buenas las fotos.

Una duda, en la foto del puente Liffey de día le has dado algún tipo de tratamiento con Photoshop? Porque si no es así tiene una calidad buenísima.

Me gusta la foto del Museo Guinness donde juntas dos fotos. Muy elegante.

Ese cafelito con pastas y luego el bañito me ha dado mucha envidia... para qué te voy a engañar!

Anónimo dijo...

Reportaje de mucha calidad en todos los sentidos.
Iba a Analizar muchas cosas positivas, pero la mayoria las han dicho David y Azu.
Recalco la calidad de las fotos, en especial la del puente liffey de dia, las dos fotos unidas y me gusta mucho el museo ese donde puedes beber cervezas, me ha entrado sed.
p.d: Te imagino con el abrigo gordo en el avion de Rayanair pasando calor.
Enhorabuena
p.d: Los demas miembros de la familia Durio no hacen nunca nada?....

Ángel Carrera dijo...

Muchas gracias por vuestros los comentarios.

David la foto del rio Liffey de dia es mi primera foto en HDR. La del puente Liffey de noche no tiene nada, la velocidad baja y la apertura medio-alta.

Felipe, jajaja además el abrigo gordo ese era el mismo que en Londres, te acuerdas?.

Anónimo dijo...

joe!! yo no se como manejar así mi cámara, ga, me tienes q enseñar...

Anónimo dijo...

y como terminó la visita al museo??

Ángel Carrera dijo...

Hola anonimo, terminó en la especie de pirulí del que hablo desde donde se vé todo Dublín. Es en forma circular y en medio hay una barra donde pides la guinness, todo está cubierto de ventanales por si a alguno se le sube la cerveza a la cabeza y le da por volar.